Carito:
Mañana se cumplen tres meses de tu partida. Aquí sigue el dolor.
Hoy visualicé tu alma en una inmensa bóveda celeste, plena de luceros y estrellas; pude impulsarte con mis manos a ese infinito cosmos, ascendías entre las galaxias con una hermosa cauda de luz multicolor y sentí que al fin estarías reuniéndote con tu querida madre, con tu adorado padre, con tus hermanas niñas y con tus hermanas grandes. Imaginé que al fin podrías empatar tu alma con aquellas otras. Las lágrimas que acudieron en torrentes a mis ojos y anudaron mi garganta en un cúmulo de añoranzas, dudas no resueltas, conversaciones mutiladas y pesar que me acompaña quise verlos trocadas por una cierta alegría de pensarte reunida con los tuyos, celebrando esa comunión que por tanto tiempo te faltó.
Hice una plegaria, solté amarras y fijé mi vista en la constelación que te quedabas. Ahora, desde allá nos observas y nos sigues prodigando tu cálida ternura, tus cuidados, nos sigues nutriendo, nos acoges en tu seno.
TQM
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