Entre las manos llevo:
Los más bellos pétalos de miles y miles de lirios blancos de amor y ternura con los que día a día me revistió mi madre.
El sol, mi padre, que resplancece intensamente para fortalecer al mundo en cada amanecer, ese que prodiga la esperanaza.
El brillo de los luceros que mis hijas difunden mucho más allá de todos sus tiempos, aquel que arrancaron del firmamento para inicialmente llenar todos mis momentos y luego trascender a los momentos de todos.
Los trinos de mis hermanos que se unen y, fortalecidos como columna, suben al universo abriendo inimaginables horizontes.
Arenas que se esparcen y permanecen en el sitio donde silenciosamente caen; otros los recogerán.
Arcilla a la que acuden manos amistosas emergidas de rincones ocultos y se moldea en nuevas formas.Crisoles de amores y recuerdos.
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