Cazavampiros...
Como ya hace calor y la ventana está a punto de caerse tuve que dejar la puerta abierta toda la noche... un murciélago habrá encontrado acogedor mi aposento y se metió a revolotear. La noche se convirtió en batalla campal hasta que una aterradora escoba le puso fin a este mamífero volador. No era el miedo, sino el desagrado y el estigma lo que animaron la acción exterminadora.